octubre 16, 2025
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Por Redacción:

Tel Aviv, Israel, 16 de octubre de 2025. La euforia por el regreso de los 20 rehenes israelíes vivos el lunes se ha transformado en ira colectiva y presiones políticas en Israel, tras el retraso de Hamás en la entrega de los cuerpos de los 28 rehenes fallecidos, un pilar clave del plan de paz de 20 puntos impulsado por Donald Trump. A tres días del plazo acordado —72 horas tras la retirada inicial de las tropas israelíes—, solo ocho cuerpos han sido transferidos a la Cruz Roja, con uno de ellos identificado como no perteneciente a un rehén, avivando acusaciones de manipulación y violación del alto el fuego mediado por EE.UU., Egipto, Qatar y Turquía.

El lunes, Hamás entregó cuatro ataúdes con restos que Israel confirmó como los de Guy Illouz (23), Yossi Sharabi (53), Bipin Joshi (nepali de 21) y Daniel Peretz (22), todos capturados el 7 de octubre de 2023 y fallecidos en cautiverio. Sin embargo, el martes por la noche, un quinto ataúd contenía el cuerpo de un palestino no identificado, no un rehén, según el Ejército israelí (IDF), lo que generó indignación inmediata. “Esto no es un error; es una burla cruel a nuestro dolor. Hamás juega con los muertos para presionar por más concesiones”, declaró Vered Cohen, hermana de Nimrod Cohen, un rehén vivo liberado, en una rueda de prensa en el Hospital Ichilov de Tel Aviv, donde familias se congregaron con carteles de “¡Devuelvan a nuestros héroes!” y velas en memoria de los ausentes.

La Plaza de los Rehenes en Tel Aviv, epicentro de protestas desde 2023, vio miles manifestar el martes con cánticos de “¡Basta de excusas!” y quema simbólica de banderas de Hamás. El Foro de Familias de Rehenes y Desaparecidos exigió una reunión urgente con el jefe del IDF, Eyal Zamir, y el primer ministro Benjamin Netanyahu, acusando al gobierno de “debilidad”. “Los vivos regresaron gracias a la presión internacional, pero ¿dónde está la furia por los muertos? No enterrar a un ser querido es una profanación en el judaísmo”, clamó Yael Adar, madre de Tamir Adar (38), cuyo cuerpo permanece en Gaza bajo escombros. En redes, #DevuelvanLosMuertos acumula más de 500 mil menciones, con publicaciones como la de @HostageForum

: “Hamás sabe dónde están la mayoría; esto es un juego político para sabotear la paz de Trump”.

El ministro de Defensa, Israel Katz, calificó el retraso como “una violación flagrante del acuerdo” y ordenó restricciones inmediatas: el cruce de Rafah con Egipto permanece cerrado, y la ayuda humanitaria se redujo de 600 a 300 camiones diarios, afectando suministros vitales en Gaza, donde la ONU reporta hambruna inminente para 500 mil personas. “Cualquier dilación intencional será respondida con firmeza; el plan de Trump no tolera chantajes”, advirtió Katz en X, aunque evitó amenazar con acciones militares para preservar el alto el fuego. Netanyahu, en una declaración desde la Knéset, respaldó la medida pero fijó un ultimátum: “Para el viernes, todos los cuerpos deben estar en casa, o reconsideraremos el flujo de ayuda y la gobernanza transicional”.

Hamás atribuye el retraso a la “devastación causada por Israel”, alegando que nueve cuerpos están bajo toneladas de escombros de bombardeos y que facciones rivales en Gaza complican la búsqueda. Un portavoz del grupo, en Al Jazeera, acusó a Israel de “sabotear el acuerdo al restringir maquinaria pesada para excavaciones y violar la ‘línea amarilla’ de retirada con disparos”. El CICR, mediador en las transferencias, confirmó la recepción de los ataúdes pero advirtió sobre “desafíos logísticos en un terreno destruido”. Fuentes israelíes estiman que Hamás conoce la ubicación de al menos 20 cuerpos, pero usa el retraso para negociar fases posteriores del plan, como el desarme y la “Fuerza Internacional de Estabilización”.

Trump, desde Washington, intervino en Truth Social: “¡El trabajo NO ESTÁ TERMINADO! Los muertos deben volver como prometieron. Presionaré a todos para que cumplan mi plan histórico”. El enviado especial Steve Witkoff urgió a familias a “no dejar piedra sin remover”, mientras la ONU, vía Tom Fletcher, llamó a “priorizar la dignidad humana sobre disputas”.

Con 24 cuerpos aún en limbo —incluyendo los de Inbar Haiman (27), Oz Daniel (19) y Hadar Goldin (soldado muerto en 2014—, la furia israelí amenaza la frágil paz. Protestas en Jerusalén exigen “acciones inmediatas”, y analistas temen que un colapso acelere la reconstrucción de Hamás. En un país marcado por el duelo colectivo, este retraso no es burocracia: es una herida abierta que prueba si el “amanecer histórico” de Trump resistirá la oscuridad de la desconfianza.

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