octubre 16, 2025
electrolitos_1507

Por Redacción:

Ciudad de México, 16 de octubre de 2025. La Comisión de Hacienda y Crédito Público de la Cámara de Diputados dio luz verde ayer a una serie de reformas fiscales que incluyen nuevos gravámenes a sueros orales con electrolitos, videojuegos violentos y un alza significativa en las tasas de IEPS a bebidas azucaradas, cigarrillos y actividades de apuestas y sorteos. Aprobadas con 31 votos a favor y 11 en contra, estas medidas —parte del Paquete Económico 2026 enviado por la Secretaría de Hacienda— buscan recaudar hasta 137 mil millones de pesos adicionales, priorizando la salud pública y desincentivando consumos nocivos, aunque generan críticas por su impacto en el bolsillo de los consumidores.

El dictamen, que ahora pasa al Pleno para su discusión y eventual aprobación, modifica la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) para ampliar la base gravable y endurecer tasas. Uno de los cambios más controvertidos es la inclusión de sueros orales con electrolitos que contengan ingredientes adicionales a los recomendados por la Secretaría de Salud —como azúcares o edulcorantes—, gravados con una tasa similar a las bebidas energéticas para frenar su consumo excesivo entre niños y jóvenes. “Estos productos se venden como saludables, pero su formulación los acerca a refrescos disfrazados; el IEPS los alineará con la regulación sanitaria”, explicó la diputada Carol Altamirano, presidenta de la comisión, durante la sesión.

En materia de bebidas azucaradas y con edulcorantes, la cuota específica se duplica de 1.6451 pesos por litro en 2025 a 3.0818 pesos en 2026, una medida que Hacienda justifica por el costo en enfermedades crónicas como diabetes y obesidad, que representan el 10% del gasto público en salud. Para cigarrillos, el impuesto ad valorem sube del 160% al 200%, con una cuota fija de 0.8516 pesos por cigarrillo que escalará progresivamente hasta superar un peso por unidad en 2030. “Es un paso firme contra el tabaquismo, que mata a 64 mil mexicanos al año”, defendió Altamirano.

Los videojuegos no escapan: se impone un 8% de IEPS a títulos con contenido violento o clasificados para adultos (no aptos para menores de 18 años), tanto en formato físico como digital, incluyendo compras en plataformas en línea. “No gravamos todos los juegos, solo aquellos que promueven violencia extrema; es para proteger a la juventud y fomentar contenidos educativos”, aclaró el diputado Julio César Moreno (Morena), aunque la industria ya protesta por un posible encarecimiento del 15% en precios finales.

Respecto a sorteos y apuestas, la tasa se eleva del 30% al 50%, aplicable tanto a modalidades presenciales como digitales, con énfasis en operaciones en internet para combatir la ludopatía y la evasión fiscal. “El aumento desincentiva el juego compulsivo, que genera adicciones y fraudes; recaudará 20 mil millones extras para programas sociales”, argumentó Moreno, citando datos de la Secretaría de Gobernación que estiman 5 millones de jugadores en riesgo en México.

La oposición, liderada por PAN y PRI, rechazó el paquete: la panista Claudia Sánchez calificó las alzas como “impuestos regresivos que castigan a la clase media y no tocan a los ricos”, mientras el priista Rubén Moreira alertó sobre inflación: “Duplicar el IEPS a refrescos podría subir precios un 20%, afectando a familias de bajos ingresos”. Organizaciones como El Poder del Consumidor aplaudieron los “impuestos saludables”, pero exigieron exenciones para productos básicos y campañas de concientización.

Sheinbaum, en su conferencia matutina de hoy, respaldó la iniciativa: “Estos gravámenes financiarán salud y educación; no son castigos, son inversiones en bienestar. El Pleno los ajustará para ser justos”. El Código Fiscal de la Federación también se endurece contra “factureras”, con 59 denuncias por 54 mil millones defraudados entre 2022 y 2025. Si el Pleno aprueba —previsto para el 20 de octubre—, el Paquete 2026 recaudará 5.3 billones de pesos, un 4% más que en 2025. En un México con 50% de hogares en pobreza alimentaria, estos impuestos equilibran recaudación y equidad, pero el debate apenas inicia: ¿salud o carga extra? El consumidor decidirá en la góndola.

About The Author